martes, 30 de mayo de 2017

El amanecer de la Reforma

De Burk Parsons

El objeto más brillante en el cielo, después del sol y la luna, es la estrella de la mañana. Aparece aproximadamente una hora antes del amanecer. John Wycliffe (c. 1330-84) es a menudo llamado la "Estrella de la mañana de la Reforma", y con razón, ya que su vida brilló como un precursor de la Reforma. Jan Hus (C. 1370-1415) trabajó a la luz de esta estrella de la mañana, a pesar de que la mayor luz de la Reforma estaba a punto del alba. A través de Wycliffe, Dios trajo luz a las personas que moraban en la oscuridad, uno de las cuales era Hus. Hus continuó audazmente la controversia que Wycliffe comenzó, la controversia sobre la autoridad final de la Escritura que pronto engulliría a todo el continente europeo en la Reforma del siglo XVI. De hecho, Martín Lutero (1483-1546), en su debate con Johann Eck, incluso declaró: "Soy un husita".

Estos hombres no eran de ninguna manera la fuente de la luz; Eran espejos empañados que reflejaban la única fuente de luz, la Luz del Mundo -Jesucristo. La Palabra viva y eficaz de Dios revela esta Luz. En Su soberanía, Dios usó a estos precursores de la Reforma para dirigir a Su pueblo a Su Palabra. Una vez que la Escritura fue redescubierta, la luz de la verdad de Dios comenzó a brillar cada vez más en los corazones del pueblo de Dios, lo que a su vez condujo a la Reforma.

Aunque Wycliffe murió de muerte natural, sus restos fueron más tarde desenterrados, quemados y esparcidos. Por otro lado, la Iglesia Católica Romana quemó a Hus en la hoguera, a pesar de que se le prometió salvoconducto hacia y desde su juicio. Se dice que cantó un himno a Cristo cuando las llamas cubrían su cuerpo. Sus restos, como los de Wycliffe, fueron esparcidos. Sin embargo, la oscuridad no pudo disipar la Luz del Mundo. Esta luz, oscurecida durante mucho tiempo, pero todavía brillante, pronto amaneció en Europa de nuevo y posteriormente en todo el resto del mundo.

En su vida y muerte, Hus no se señaló a sí mismo, sino a la Palabra de Dios como nuestra única autoridad infalible de fe y vida. La Palabra de Dios proclama la luz del Evangelio, la buena noticia de Jesucristo. El mensaje de Hus era simple: para saber la verdad, la iglesia debe ir a la fuente de la verdad, la Sagrada Escritura misma. Los Reformadores recogieron el manto de Wycliffe y Hus, gritando ad fontes, "a las fuentes". Imploraron a la iglesia que volviera a la revelación divina, al texto original de la Sagrada Escritura mediante el cual el Espíritu Santo trae vida y libertad a través de la luz del Evangelio.

Como cristianos, sabemos que sólo hay una verdadera fuente de luz, y el Espíritu Santo continuará disipando las tinieblas en los corazones del pueblo de Dios a través de Su Palabra. Y un día, cuando Cristo regrese y consuma Su reino, Él lo transformará todo. Los que vivimos como cristianos en el siglo XXI, estamos llamados a vivir coram Deo, ante rostro de Dios, mientras llevamos la misma antorcha que Wycliffe, Hus y Lutero llevaron cuando proclamaron con audacia la Luz del mundo a un mundo oscuro y agonizante.

El Rev. Burk Parsons es copastor de la capilla de Saint Andreu´s Chapel in Sanford, Fla., Maestro en Ministerios Ligonier, vice presidente de la editorial Ministerios Ligonier y editor de la revista Tabletalk. Él es un ministro ordenado en la Iglesia Presbiteriana en América y director de plantación de iglesias.



Traducción: AI. Lenin MDS

Soli Deo Gloria

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