Por Dr. Augustus Nicodemus Lopes
12 De cierto, de cierto os
digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y
aún mayores hará, porque yo voy al Padre. (Juan 14:12).
Jesús hizo esta promesa a sus
discípulos la noche en que fue traicionado, antes de ir con ellos a
Getsemaní, durante la cena en que instituyó la Cena del Señor. El Señor
habló de que iría al Padre a preparar lugar para sus discípulos (Jn
14,1-4), y enseguida explicó cómo llegarían allí (14.5-6). En respuesta a
la petición de Felipe para que les mostrara al Padre, Jesús explica que
Él está de tal forma unido al Padre, que verlo es ver al Padre
(14.7-9). Y como prueba de que Él está en el Padre y el Padre está en
Él, Jesús apunta a las obras que realizó (14.10-11). A continuación,
hace esta promesa, "El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre." (14.12).
Este dicho de Jesús es difícil
porque parece prometer que sus discípulos serían capaces de realizar los
milagros que él hizo, e incluso mayores, si sólo creyeran en Él -y por
lo que leemos en el libro de Hechos y en la historia de la Iglesia, esta
promesa no parece cumplirse. Comprender el verdadero sentido de este
pasaje se ha vuelto aún más crucial porque ha sido utilizado, después
del surgimiento del movimiento pentecostal y sus consecuencias, para
defender las modernas manifestaciones milagrosas, iguales y mayores que
las efectuadas por el mismo Jesucristo.
Hay dos intentos principales de interpretar este dicho de Jesús:
1. Las "obras" son los milagros físicos realizados por Jesús
La interpretación popular y más
común, aceptada por la mayoría de los evangélicos en Brasil (esta
mayoría, a su vez, está compuesta en su mayor parte por pentecostales y
neopentecostales), es que Jesús realmente prometió que sus discípulos
serían capaces de realizar los mismos milagros que Él realizó, e incluso
mayores. Es importante notar que muchos miembros de iglesias
históricas, como presbiterianos, bautistas, congregaciones y
episcopales, entre otros, también han sido influenciados por este punto
de vista. En esta interpretación, la palabra "obras" es entendida
exclusivamente como refiriéndose a los milagros físicos que Jesús
realizó, como curas, exorcismos y resurrección de muertos. Los adeptos
de esta interpretación entienden que existen hoy pastores, obreros y
creyentes con capacidad para realizar los mismos milagros de Jesús - e
incluso mayores. Defienden que las curas, visiones, revelaciones y otras
actividades milagrosas están sucediendo en el seno de ciertas iglesias
en los días de hoy, exactamente cómo sucedieron en los días de Jesús y
de los apóstoles. Y de esta perspectiva, si una iglesia evangélica no
realiza estas señales y prodigios, significa que ella es fría, muerta,
sin fe viva en Jesús.
A pesar de que esta
interpretación parece piadosa y llena de fe (y es por esto que muchos la
aceptan), tiene algunas dificultades obvias. Primero, a pesar de los
milagros que realizaron, ni los apóstoles, que fueron los cristianos más
cercanos a esta promesa, parecen haber superado a los de Jesús, en
número y en naturaleza. Jesús caminó sobre las aguas, transformó agua en
vino, calmó tempestades y sus curaciones, según los Evangelios,
alcanzaron a multitudes. No nos parece que los apóstoles, como vemos en
el libro de los Hechos, superaran al Maestro en este punto. Segundo, la
historia de la Iglesia no registra, después del período apostólico, la
existencia de hombres que tuvieran los mismos dones milagrosos de los
apóstoles y que hayan realizado milagros al menos parecidos a los de
Jesús. En realidad, los grandes hombres de Dios en la historia de la
Iglesia nunca realizaron hechos milagrosos de este tipo, como Agustín,
Lutero, Wycliffe, Calvino, Bunyan, Spurgeon, Moody, Lloyd-Jones, y
muchos otros. Los predicadores pentecostales que afirman ser capaces de
realizar milagros semejantes, y aún mayores, no tienen un ministerio de
sanación y milagros consistente y/o al menos semejantes a los de Jesús.
El famoso John Wimber, uno de los mayores defensores de las curaciones
modernas, murió de cáncer en la garganta. Antes de morir, confesó que
nunca logró curar a un niño con problemas mentales, y no conocía a nadie
que lo hubiera hecho. Los cultos de curación de ciertas iglesias
neopentecostales alegan milagros que son de difícil comprobación. En
tercer lugar, esta interpretación deja sin explicación el resto de la
frase de Jesús: "el que cree en mí hará también las obras que yo hago y
otras mayores hará, porque yo voy al Padre" (14.12). Por último, esta
interpretación implica que los cristianos que no hicieron los mismos
milagros que Jesús hizo no tuvieron fe suficiente, y así, coloca en la
categoría de creyentes "fríos" los grandes figuras de la historia de la
Iglesia y millones de cristianos que nunca resucitaron muertos o curado
una enfermedad.
Aclaro que no estoy diciendo que
Dios no haga milagros hoy. Creo que lo hace, sí. Creo que Él es
poderoso para actuar de forma sobrenatural en este mundo y que Él lo
hace constantemente. Lo que estoy cuestionando es la interpretación de
este pasaje que afirma que si tenemos fe, haremos milagros mayores que
aquellos realizados por Jesús.
2. Las "obras" se refieren al avance del Reino de Dios en el mundo
La otra interpretación entiende
que Jesús se refería a la obra de salvación de pecadores, en la que,
obviamente, milagros podrían ocurrir. Los principales argumentos a favor
de esta interpretación son:
A. La expresión "quien cree en mí"
es usada consistentemente en el Evangelio de Juan para referirse al
creyente en general, en contraste con el mundo que no cree. Examine los
siguientes pasajes:
• Jn 6:35 Les declaró, pues, Jesús: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí jamás tendrá hambre; Y el que cree en mí no tendrá sed jamás.
• Jn 6:47 de cierto, de cierto os digo: el que cree en mí tiene vida eterna.
• Jn 11: 25-26 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque este muerto, vivirá; Y todo el que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
• Juan 12:46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Está claro por los pasajes
anteriores que aquellos que creen en Jesús son los creyentes en general,
y que la fe en cuestión es la fe salvadora. Por analogía, la expresión
"quien cree en mí" en Juan 14.12 también se refiere a todo creyente, y
no a aquellos que tendrían una fe tan fuerte que serían capaces de
ejercer el mismo poder de Jesús en realizar milagros – ¡e incluso lo
superarían!
B. El término "obras"
refiriéndose a las actividades de Jesús, es usado en el Evangelio de
Juan para referirse a todo lo que Él hizo, según lo determinado por el
Padre, para mostrar Su divinidad, para salvar a los pecadores y para
glorificar al Padre. : Juan 4:34; 5: 20,36; 6: 28,29; 7: 3; 9: 3,4; 10:
25,32,33,37,38; 14: 10,11; 14:12; 15:24; 17: 4. El término "obras" no se
refiere exclusivamente a los milagros de Jesús, aunque en algunas
ocasiones los incluya. En el contexto del pasaje que estamos examinando,
Jesús usa el término "obras" para referirse a las palabras que Él ha
hablado: "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las
palabras que yo os digo no las digo por mí mismo; sino que el Padre que
mora en mí, él hace las obras" (Jn 14.10). Es evidente, por lo tanto,
que no se puede entender el término "obras" en Jn 14.12 como
refiriéndose exclusivamente a los milagros físicos realizados por Jesús.
El término es mucho más amplio y se refiere a toda su actividad
terrenal realizada con el fin de salvar pecadores: palabras, actitudes
y, sin duda, milagros.
C. La frase "porque voy al Padre"
proporciona la clave para entender este dicho difícil. Mientras Jesús
estaba en este mundo, su acción salvadora estaba limitada por su
presencia física. Su regreso a la presencia del Padre significaba la
expansión ilimitada del Reino por el mundo a través del trabajo de los
discípulos, comenzando en Jerusalén y hasta los confines de la tierra.
Como vimos, las "obras" que él realizó no se limitaban sólo a los
milagros físicos, sino que incluían la influencia de los mismos en las
personas y en la predicación del Reino efectuada por Jesús. Estas obras,
sin embargo, estaban limitadas por su presencia física en un solo lugar
al mismo tiempo. Las "obras mayores" a ser realizadas por los que creen
deben ser entendidas desde este punto de vista: los discípulos, a
través de la predicación de la Palabra en todo el mundo, superaron en
mucho el área de actuación e influencia del Señor Jesús, cuando estaba
encarnado.
La adopción de la interpretación
anterior no quiere decir que los milagros no suceden más hoy. Estoy
convencido de que suceden y que están implícitos en este dicho del Señor
Jesús. Sin embargo, ocurren como parte de la obra de expansión del
Reino, que es la obra mayor realizada por la Iglesia.
El dicho de Jesús, por lo tanto,
no está prometiendo que cualquier creyente que tenga fe suficiente será
capaz de realizar los mismos milagros que Jesús realizó y aún mayores -
la Escritura, la Historia y la realidad cotidiana están ahí para
desafiar esta interpretación – sino que La Iglesia sería capaz de
avanzar el Reino de Dios de una forma que en mucho superaría lo que
Jesús hizo en su ministerio terrenal. Los milagros ciertamente estarían y
están presentes, no como algo que siempre debe suceder, dependiendo de
la fe de algunos, y no por manos de supuestos apóstoles y obreros
super-poderosos, sino como respuesta del Cristo exaltado y glorificado a
las oraciones de su pueblo.
Fuente: http://tempora-mores.blogspot.mx/2012/08/se-eu-tiver-fe-poderei-fazer-mais.html
Traducción: AI. Lenin MDS
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