Por Andrew Webb
En el cristianismo, la división más fundamental
entre los hombres es entre los salvos y los no salvos (o como se expresa en el
sentido eterno, los elegidos y los réprobos, el linaje de Caín y el linaje de Set)
y, aunque se reconocen las divisiones de raza , nación, tribu, lengua y clase,
no son lo principal; por el contrario, somos salvos a pesar de esas
distinciones y, en el día del gran juicio, si alguien era rey o esclavo, si no
está en Cristo eso no importará. (Véase Ap 5.9 y 6.15-17, por ejemplo). El
reino de los cielos tampoco será establecido plenamente aquí en la tierra, en
esta presente era mala, y ciertas cosas, como el odio y la pobreza, no pueden
ser eliminados porque el pecado continuará hasta que Cristo regrese. El llamado
principal de los cristianos, por lo tanto, es proclamar el evangelio, que los
hombres crean en el Señor Jesucristo, que sean salvos y se conviertan en
miembros de su cuerpo, la Iglesia. Dentro de la iglesia aquí en la tierra, las
personas siguen siendo miembros de la misma raza o clase, pero estas divisiones
son sin importancia y, como indica el Apóstol Santiago, no debe hacerse ninguna
distinción entre los creyentes. Además, nuestra posición en la sociedad humana
no debería estar por encima de nuestra posición en la iglesia, y la fraternidad
debería ser posible (y muchas veces es) entre el muy rico y el muy pobre.
En el
marxismo, la división principal es la de clases - los que "tienen" y
los que "no-tienen", los que tienen tienen lo que tienen porque
impiden que los que no-tienen
obtengan acceso a los medios para acumular prosperidad material que les permita
convertirse también en los que tienen.
Esto significa que el rico llegó a ser así haciendo que los demás permanecieran
pobres y, mientras el rico permanece rico, el pobre permanecerá pobre. Por lo
tanto, toda la historia humana, para el marxista, es un conflicto político
entre oprimidos y opresores, y en la teología de la liberación, que deriva de
las teorías políticas del marxismo, Jesús es el campeón de los oprimidos que
exige el derrocamiento de los opresores y la creación de un reino igualitarista
aquí en la tierra. En el marxismo, el reino se hace realidad aquí en la tierra por
medio de la reeducación y la reorganización fundamental de la sociedad donde
los opresores pierden sus ventajas y privilegios materiales, voluntariamente o
por la fuerza, y su prosperidad e influencia es redistribuido con los que no-tienen de forma que, en la teoría,
todo el mundo tiene una cantidad igual de riqueza y poder.
En la Teología de la Liberación Negra, la división
fundamental es entre blancos (opresores) y negros (oprimidos), pero hay otras
variedades de teología de la liberación como la Teología Feminista, que ve la
división esencial entre hombres (opresores) y mujeres (oprimidas) y la Teología
Queer, que ve la división esencial entre heterosexuales (opresores) y
homosexuales (oprimidos). Con frecuencia, estas corrientes van unidas para
crear un cuadro más amplio de oprimidos (mujeres, minorías, homosexuales,
transgéneros, etc.).
Además de esto - y esto es increíblemente
importante-, en el cristianismo la comunión principal se basa en la comunión con
Cristo. Esto significa que en el cristianismo, independientemente de la raza,
nación o clase, usted es mi hermano o hermana si ambos somos creyentes del
Señor Jesucristo. En el marxismo, por el contrario, la comunión principal está
basada en la posición que tenemos en común en un conflicto político. Por lo
tanto, en el marxismo, somos camaradas si ambos somos miembros de una clase
oprimida que lucha contra la opresión. Así que, para que alguien de la clase opresora se
convierta en un camarada, debe repudiar su clase y origen, condenar sus
privilegios, deshacerse de sus ventajas materiales y activamente unirse al
conflicto. Sólo entonces se convierte en un camarada. En la práctica, esto
significa que, en la teología de la liberación negra, no puede haber comunión
real entre negros y blancos hasta que esos blancos repudien su raza, condenen y
lamenten sus privilegios y activamente se unan al conflicto político.
Estas filosofías (Cristianismo y Teología de la
Liberación [Llene el vacío]) son fundamentalmente incompatibles y no pueden
coexistir en la iglesia. Una inevitablemente acabará expulsando a la otra.
Traducción al Español: Lenin MDS
Origen del Texto: http://reforma21.org/artigos/uma-breve-comparacao-entre-o-cristianismo-e-as-teologias-marxistas.html
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