POR QUÉ LA FILOSOFÍA ES IMPORTANTE
J. P.
MORELAND & WILLIAM LANE CRAIG
En día de otoño en 1980, a
veinticinco millas del oeste de Chicago en Wheaton, Illinois. Charles Malik, un
distinguido académico estadista, subió al pódium para dar el discurso inaugural
del nuevo Billy Graham Center en el campus de Wheaton College. Su tema fue,
“Las Dos Tareas del Evangelismo”. Lo que dijo impresionó a su audiencia.
Nos enfrentamos a dos tareas en
nuestro evangelismo, les dijo, “salvar el alma y salvar la mente”- es decir,
convertir a la gente no solo espiritualmente, sino además intelectualmente. Y
la Iglesia, advirtió, se está quedando atrás en esta segunda tarea. Haríamos
bien en reflexionar en las palabras de Malik.
Debo ser franco con ustedes: el
peligro más grande que afecta al cristianismo evangélico americano es el
peligro del anti-intelectualismo. La mente en cuanto a sus alcances más grandes
y profundos no se le ha apreciado lo suficiente. Y la cultivación intelectual
no se puede llevar a cabo sin una profunda inmersión, que dura años, en la
historia del pensamiento y el espíritu. Las personas que se apresuran por salir
de la universidad y comenzar a ganar dinero o servir en la iglesia o predicar
el evangelio no tienen ni idea del valor infinito de pasar años de ocio en
conversar con las más grandes mentes y almas del pasado; madurando y afilando
para ampliar sus poderes de pensamiento. El resultado es que el campo del
pensamiento creativo es descuidado y abdicado al enemigo. ¿Quién de entre los
evangélicos puede enfrentarse a los más grandes eruditos seculares en sus
propios términos de erudición? ¿Quién de entre los evangélicos eruditos es
citado como una fuente normativa por las más grandes autoridades seculares en
ámbitos como: la historia, la filosofía, la psicología, la sociología y la
política? ¿El pensamiento evangélico, tiene la mínima posibilidad de
convertirse en el modo dominante en las grandes universidades de Europa y
América, de tal manera que marque nuestra civilización entera con su espíritu e
ideas? Por una mayor eficacia para testificar de Jesucristo, y para su propio
bien, los evangélicos no pueden permitirse seguir viviendo en la periferia de
la existencia intelectual.
Estas palabras golpearon como un
martillo. El cristiano promedio no se da cuenta que hay una lucha intelectual
que se está llevando a cabo en las universidades, revistas académicas y en
sociedades profesionales. El naturalismo de la ilustración y el anti-realismo
postmoderno están aliados impíamente en contra del teísmo, específicamente
contra la cosmovisión cristiana.
Los cristianos no debemos permitirnos
ser indiferentes a las consecuencias de esta lucha.
La universidad es la institución más
importante que le da forma a la cultura occidental. En la universidad serán
educados nuestros futuros líderes políticos, periodistas, maestros, ejecutivos
de negocios, abogados y artistas. En la universidad, nuestros líderes
formularán o simplemente absorberán la cosmovisión que guiará sus vidas.
Además, dado que son líderes de opinión, la cosmovisión que ellos adquieran en
la universidad será la que dé forma a nuestra cultura. Si logramos restablecer
la cosmovisión cristiana en un lugar de prominencia y respeto en la
universidad, entonces influenciaremos a la sociedad. Si cambiamos la
universidad, cambiamos nuestra cultura a través de aquellos que le dan forma.
¿Por qué esto es tan importante?
Simplemente porque el evangelio nunca se oye en aislamiento. Tenemos una
tendencia de interpretar lo que oímos según la cultura en que vivimos. Una
persona educada en una cultura en la cual el cristianismo es aún vista como una
opción intelectual viable mostrará una apertura al evangelio mientras que una
persona secularizada no lo hará. ¡Bien se podría decir a una persona secular
que creyera en las hadas o los duendes como creer en Jesús! O, para dar una
ilustración más realista, es como si un devoto del movimiento Hare Krishna se
te acerca en la calle, y te invita a creer en Krishna. Semejante invitación nos
parecerá extraña, rara y quizás divertida. Pero para una persona en las calles
de Bombay, una invitación de este tipo parecerá bastante razonable y seria.
¿Los evangélicos parecen menos extraños para las personas en la calle de Bonn,
Londres o Nueva York que los devotos de Krishna?
Una de las tareas más asombrosas que
los filósofos cristianos tienen es; ayudar a transformar la marea intelectual
contemporánea de tal manera que fomenten un entorno sociocultural en el que la
fe cristiana pueda ser considerada una opción intelectualmente creíble por
hombres y mujeres pensantes. El gran teólogo de Princeton J. Gresham Machen
dijo;
Más el hecho es que Dios, por lo
general, ejerce dicho poder (regenerativo) en conexión con ciertas condiciones
previas en la mente humana, y nuestra tarea debe ser crear, dentro de nuestras
posibilidades, con la ayuda de Dios, esas condiciones favorables para la
recepción del evangelio. Las ideas falsas son grandes obstáculos para la
recepción del evangelio. Podemos predicar con el fervor de un reformador y no
obstante lograr tan solo ganar un alma aquí o allí, si seguimos permitiendo que
todo el pensamiento colectivo de una nación o de un mundo sea controlado por
ideas que, por la fuerza irresistible de la lógica, impiden que el cristianismo
sea considerado solamente como una ilusión inofensiva.
Dado que la filosofía es fundamental
para todas las disciplina de la universidad, la filosofía es una disciplina
estratégica para ser influenciada por Cristo. Malik reconoce y enfatiza que;
Se necesitará un espíritu diferente
para superar este gran peligro de anti-intelectualismo. A modo de ejemplo digo,
-espíritu diferente, en lo que se refiere al dominio de la filosofía, es decir,
en lo que respecta al pensamiento y al intelecto. Se debe reconocer el tremendo
valor de pasar un año entero sin hacer otra cosa que examinar La República o El Sofista de Platón, o dos años sobre La Metafísica o La Ética de
Aristóteles, o tres años sobre La
Ciudad de Dios de Agustín.
Ahora, en un sentido es la teología,
y no la filosofía, el dominio más importante del pensamiento e intelecto. Los
medievales estuvieron en lo correcto cuando nombraron a la teología “la reina de las ciencias”, la
cual era estudiada después de haber sido preparado en las demás disciplinas.
Desafortunadamente, la reina está en exilio de la universidad occidental. Pero
su sierva, la filosofía, aún conserva un lugar en la corte y está
estratégicamente posicionada para actuar en nombre de su reina. El motivo por
el cual Malik pudo llamar a la filosofía, en ausencia de la reina, el dominio
intelectual más importante, se debe a que es la disciplina más fundamental de
todas, puesto que examina las presuposiciones y ramificaciones de cada
disciplina de la universidad- ¡incluyéndose a sí misma! Ya sea filosofía de la
ciencia, filosofía de la educación, filosofía del derecho, filosofía de las
matemáticas; toda disciplina siempre tendrá un fundamento en la filosofía. La
filosofía no es teológicamente neutral en cada una de estas disciplinas.
Las presuposiciones que se adopten,
ya sean consistentes o contrarias al teísmo cristiano ortodoxo influenciarán
significativamente a la disciplina que, a su vez, colocará al estudiante a
favor o en contra de la fe cristiana. Al influenciar la filosofía de estas
disciplinas, los filósofos cristianos podrán ayudar a moldear el pensamiento de
toda la universidad de tal manera que en las futuras generaciones tengamos
líderes recibiendo el evangelio.
Ya está sucediendo. En los últimos
40 años se ha desatado una revolución en la filosofía anglo-americana. Desde
1960, los filósofos cristianos han salido a defender la verdad de la
cosmovisión cristiana con sofisticados argumentos filosóficos en las mejores
revistas académicas y sociedades profesionales. Y como resultado, la filosofía
anglo-americana ha sido transformada.
En un artículo reciente se lamenta
“la desecularización de la academia que se desarrolló en los departamentos de
filosofía a finales de 1960,” un filósofo ateísta señala que mientras los
creyentes tienden a separar sus creencias teístas de sus trabajos
profesionales, “en filosofía, se convirtieron, de la noche a la mañana,
académicamente respetables para argumentar a favor del teísmo, haciendo de la
filosofía un campo favorable de entrada para los más inteligentes y talentosos
teísta de la academia actual”. Él afirma que, “los naturalistas pasivamente
vieron como una versión realista de teísmo… se extendió en la comunidad
filosófica. Actualmente una cuarta o tercera parte de profesores de filosofía son
teístas, y la mayoría son cristianos ortodoxos.” Él concluye, “Dios no está
muerto en la academia; resucitó a finales de 1960 y ahora está vivo en su
última fortaleza, el departamento de filosofía.”
Este es el testimonio de un
prominente filósofo ateo al cambio visible de la filosofía anglo-americana.
Probablemente exagera cuando dice que una cuarta o una tercera parte de los
filósofos americanos son teístas; pero esto revela el impacto de los filósofos
cristianos en este campo. Así como el ejército de Gedeón, una minoría
comprometida puede tener un impacto más allá de las proporciones de sus miembros.
El principal error que este ateo hace es llamar a los departamentos de
filosofía “la última fortaleza de Dios” en la universidad. Al contrario, los
departamentos de filosofía son cabezas de playa, desde las cuales se pueden
lanzar operaciones para impactar a otras disciplinas en la universidad para
Cristo, y de este modo ayudar a transformar el entorno sociocultural en el que
vivimos.
Pero no solo aquellos que planean
entrar profesionalmente a la academia necesitan preparación filosófica. La
filosofía cristiana también es una parte integral en la preparación del
ministerio cristiano. Un modelo para nosotros es John Wesley, un hombre que fue
lleno de un Espíritu evangelista y al mismo tiempo fue un erudito educado en
Oxford. En 1756, Wesley entregó “Un Discurso Al Clero”, que recomendamos que
lean todos los futuros ministros al comenzar sus estudios de seminario. Al
tratar sobre las habilidades que un ministro debe tener, Wesley distinguió
entre dones naturales y habilidades adquiridas. Es muy instructivo examinar las
habilidades que Wesley pensó que un ministro debe adquirir. Uno de ellos es una
comprensión básica de filosofía. Él desafió a su audiencia a que se preguntaran
por sí mismos;
¿Soy un amo tolerable de las
ciencias? ¿He pasado por las mismas puertas de ellos, en la lógica? Si no, es
probable que no vaya mucho más lejos cuando tropiece en el umbral… En vez de
eso, ¿Mi estúpida indolencia y pereza me han hecho muy listo para creer, lo que
los pequeños ingenios y los caballeros afirman, “que la lógica no sirve para
nada”? Soy bueno para esto por lo menos,… hacer que la gente hable menos; mostrándoles lo que es, y
lo que no es, al punto; y lo extremadamente difícil que es probar algo.
¿Entiendo la metafísica? ¿Entiendo las profundidades de los eruditos, las
sutilezas de Escoto o de Aquino, los primero rudimentos, los principios
generales, de esa ciencia útil? ¿He conquistado tanto de ella, para despejar mi
aprehensión y extender mis ideas bajo cabezas apropiadas; tanto que me permite
leer con facilidad, placer y beneficio, las obras del Dr. Henry More, “La búsqueda después de la Verdad” de
Malebranche, y “La demostración del Ser y
los atributos de Dios” del Dr. Clark?
La
visión de Wesley de un pastor es extraordinaria: Un caballero, especializado en
las Escrituras y versado en la historia, filosofía y en la ciencia de su
tiempo. ¿Cómo se igualan los pastores que se están graduando de nuestros
seminarios a este modelo?
Los
autores de este libro pueden testificar personalmente la inmensa
indispensabilidad de la preparación filosófica para el ministro cristiano.
Durante muchos años hemos estado involucrados, no sólo en trabajos académicos
sino además en pláticas evangelísticas en campus universitarios, con grupos
como; InterVarsity Christian fellowship, Campus Crusade for Christ y Veritas Forum. Una y otra vez, hemos visto el
valor práctico de los estudios filosóficos para alcanzar a los estudiantes para
Cristo. Nos han hecho preguntas sobre el significado de la vida, el fundamento
de los valores morales, el problema del sufrimiento y el mal, el desafío del
pluralismo religioso; los estudiantes están haciendo preguntas filosóficas
profundas que son más difíciles de responder que de plantear. Ellos merecen
respuestas sensatas en lugar de respuestas ligeras o místicas. Se dice que “no
puedes usar argumentos para llevar a las personas a Cristo”. Sin embargo, esta
no ha sido nuestra experiencia. La realidad es que hay un tremendo interés en
los estudiantes incrédulos de escuchar una defensa racional del evangelio, y
algunos están listos para confiar en Cristo. Para ser sinceros, si no fuera por
la preparación filosófica, no sabríamos cómo ministrar efectivamente en
nuestros campus universitarios.
Finalmente,
no solo los eruditos y ministros se beneficiarán del estudio filosófico,
también los laicos necesitan estar intelectualmente involucrados si es que
nuestra cultura será efectivamente reformada. Por desgracia, nuestras iglesias
están sobrepobladas de cristianos cuyas mentes serán desaprovechadas. Como
Malik observó, están espiritualmente regenerados, pero sus mentes no han sido
convertidas, todavía piensan como incrédulos. A pesar de su compromiso
cristiano, se mantienen empty selves.
¿Qué es empty self? Una persona empty
self, es pasiva, sensible, ocupada y precipitada, incapaz de desarrollar
una vida interior. Tal persona es individualista, infantil y narcisista.
Imagine
a una iglesia llena de este tipo de gente. ¿Cuál será el entendimiento
teológico, el valor evangelístico y la inclusión cultural de tal iglesia? Si la
vida interior no importa mucho, ¿Por qué pasar tiempo intentando madurar
intelectual y espiritualmente? Si alguien es pasivo, simplemente no hará el
esfuerzo de leer, sino preferirá entretenerse. Si una persona es de orientación
sensible, entonces la música, revistas con dibujos, y todo tipo de medios
visuales serán más importantes que palabras vacías plasmadas en una página de
pensamientos abstractos. Si una persona es ocupada y distraída, será impaciente
con la teoría y no tendrá la capacitad de atención necesaria para entender una
idea bien elaborada. Si una persona es demasiado individualista, infantil y
narcisista, ¿Qué tipo de literatura leerá? Libros sobre celebridades
cristianas, novelas de romance cristiano tratando de imitar lo peor del mundo,
libros de auto-ayuda llenos de slogans moralizantes, muchos cuentos con
imágenes, y diagnósticos inadecuados de problemas que enfrenta la gente. Lo que
no leerán son libros que equipan a las personas a razonar lógicamente, a
comprender la teología de la fe cristiana y asumir la responsabilidad que hay
dentro del reino de Dios. Esa iglesia se volverá incapaz de resistir las
poderosas fuerzas del secularismo que amenazan con arrasar las ideas del cristianismo
con una ola de pluralismo y cientificismo errado. Esa iglesia estará tentada a
medir su éxito en términos de números alcanzados por un acomodamiento cultural
de personas empty selves. De esta
manera, la iglesia se sepultará a sí misma; su concepto limitado de “éxito”
resultará, a largo plazo, ser lo que la sepulte.
Lo
que hace este escenario tan preocupante es que no tenemos que imaginar tal
iglesia; más bien, esta es una descripción contundente de las iglesias
evangélicas de América. No es de extrañar, que a pesar de su resurgimiento, el
cristianismo evangélico ha sido muy infructífero en su impacto cultural. David Wells valora,
El
enorme crecimiento de las personas de mentalidad evangélica… debería haber
revolucionado la cultura estadounidense. Con un tercio de los adultos
estadounidenses que ahora afirman haber experimentado un renacimiento
espiritual, una poderosa contracorriente de moralidad que surgió de una
cosmovisión poderosa y alternativa ya debió haber sido desatada en fábricas,
oficinas y salas de juntas, en los medios de comunicación, universidades y profesiones,
desde un extremo del país al otro. . . .Los resultados deberían
ser inconfundibles. Los valores seculares deberían estar tambaleándose, y sus
defensores deberían estar preocupados. Pero resulta que este aumento
vertiginoso de los evangélicos ha pasado inadvertido en la cultura… La
presencia de evangélicos en la cultura estadounidense apenas ha causado una
ola.
El problema, dice Wells, es que mientras
la mayoría de los evangélicos tienen creencias correctas, muchas de estas
creencias permanecen en la periferia de su existencia en lugar de ser el centro
de su identidad. En lo más profundo son hombres empty selves. Si la iglesia va a generar una reforma en la cultura,
entonces necesitamos laicos comprometidos intelectualmente con su fe y que
tomen al cristianismo como la esencia definitiva de sus vidas.
Además de una reforma cultural, un
avivamiento de compromiso intelectual es crucial para restaurar y transformar
las vidas bajo el señorío de Jesús, el Maestro de maestros. Ningún aprendiz
será como su maestro si no respeta la autoridad de ese maestro para dirigir la
vida y las actividades del aprendiz. Sin embargo, hoy en día la autoridad de la
Biblia y de Jesús específicamente, es abiertamente rechazada. La actitud en
general, incluso de muchos que se dicen llamar seguidores de Cristo, es que
mientras Jesús es santo y poderoso, la cosmovisión que Él enseñó y por la cual
Él vivió, ya no es confiable para la gente pensante. Como observa Dallas
Wizard,
El
peso aplastante de la perspectiva secular… impregna o presiona cada pensamiento
que tenemos hoy. A veces, incluso obliga a quienes se identifican a sí mismos
como maestros cristianos a dejar de lado las declaraciones de Jesús sobre la
realidad y la relevancia total del reino de Dios y las reemplazan por
especulaciones filosóficas cuya única recomendación es su consistencia con “una
mentalidad [contemporánea] moderna”. La poderosa pero vaga e infundada presunción es que se ha descubierto algo que hace que
una comprensión espiritual de la realidad a la manera de Jesús sea simplemente
insensata para aquellos que están "en el conocimiento".
Willard concluye que para restaurar la
vitalidad espiritual de la iglesia, debemos recapturar una visión de Jesús como
una persona intelectualmente competente que sabía de lo que estaba hablando.
Para Willard, quien también es un
filósofo, esto incluirá la revitalización de la reflexión filosófica en la
iglesia. La reflexión filosófica es un poderoso medio para despertar la vida de
la mente en el discipulado cristiano y la iglesia. De nuevo, los autores de
este libro podemos testificar que nuestra adoración a Dios es más profunda,
aunque no a pesar de, nuestros estudios filosóficos. A medida que reflexionamos
filosóficamente en nuestras diferentes áreas de especialización dentro del
campo de la filosofía, nuestra apreciación de la verdad de Dios y la admiración
a su persona se han vuelto más profundas.
Estamos ansiosos de un futuro estudio,
que seguramente ayudará a que podamos apreciar mejor la persona y obra de Dios.
La fe cristiana no es una fe indiferente, o una fe de muerte cerebral, sino una
fe viva de indagación racional. Como dijo Anselmo, “la nuestra es una fe
que busca entendimiento”.
Estos
son tiempos muy emocionantes para vivir y trabajar en el campo de la filosofía,
en donde Dios está haciendo una obra viva ante nuestros ojos. Es nuestra
esperanza y oración que Él se complazca en usar este libro para llamar a más
pensadores cristianos dentro de este campo para equipar a la iglesia y a sus
ministros para servirle a Él y a su reino aún más efectivamente en el siglo
XXI.
Moreland, J. P., & Lane Craig,
W. (2003). Philosophical Foundation For A Christian Worldview. En J. P.
Moreland, & W. Lane Craig, Philosophical
Foundation For A Christian Worldview (págs. 1-7). United States of
America: InterVasity Press.
TRADUCIDO
POR TAYDE J. GARCÍA ESCOBEDO.
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